sábado, 16 de junio de 2012

DRA. JOAQUINA GIL RAMOS - SUPLEMENTACION DE ZINC Y CRECIMIENTO EN ECUADOR


MAESTRIA INVESTIGACIÓN CLINICA Y EPIDEMIOLÓGICA
MÓDULO: COMUNICACION Y NEGOCIACIÓN DE UN ENSAYO CLÍNICO
DOCENTE: TOMÁS RODRIGUEZ
FECHA: 10 DE JUNIO DE 2012
ALUMNA: JOAQUINA GIL RAMOS


TRADUCCIÓN DEL ARTÍCULO “Suplementación de Zinc y Crecimiento en Ecuador”
 PUBLICADO EN EL LIBRO  Nutrient regulation during Pregnancy, Lactation, and Infant Growth. Editado por Lindsey Allen y Janet King, and Bo Lönnerdal, Plenum Press, New York, 1994



SUPLEMENTACIÓN DE ZINC Y CRECIMIENTO EN ECUADOR

Henri Dirren¹, Denis Barclay¹, Joaquina Gil Ramos², Rebeca Lozano², María Magdalena Montalvo², Nelson Dávila³, José O. Mora⁴

¹    Prevention Nutrition
Nestlé Research Centre
NESTEC Ltd
P.O. Box 44
1000 Lausanne 26, Switzerland

²    Latinreco Nestlé
      Development Centre for Latin America
      Quito-Ecuador

³    Baca Ortiz Children′s Hospital
      Quito-Ecuador

⁴   International Science and Technology Institute
      1129 20th Street NW, Suite 706
      Washington, DC 20036

INTRODUCCION

La Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, implementado en 1986 en Ecuador, investigó el estado nutricional, la ingesta de alimentos, la morbilidad y la mortalidad de niños entre 0-5 años de edad en el país (Freire et al., 1988). Se encontraron altas prevalencias de desnutrición, según la evaluación de la antropometría, como: prevalencias en el retraso del crecimiento en talla  que oscilaron en un 37% en las zonas urbanas de la costa y 67% en la zona rural de los Andes. La deficiencia de nutrientes también fue amplia: la anemia constituyó un problema particularmente serio, con un 69%  de niños entre 6 y 11 meses de edad; e que presentaron anemia. El estado de vitamina “A” fue  marginal  y el de riboflavina insignificante.

El nivel del zinc sérico fue bajo; el 24% de los niños a nivel nacional tenían cifras de zinc sérico por debajo de 65ug/dl.  y subía  al 35%  en las zonas rurales. En la encuesta Nacional la dieta fue calculada sin el consumo de zinc, debido a que las tablas de composición de los alimentos no incluían zinc. Sin embargo se pudo deducir un consumo de zinc muy bajo por los patrones generales del consumo de alimentos de estos niños.  Estas observaciones señalaron la necesidad de seguir investigando el estado del zinc, en vista del importante papel que este elemento tiene en el crecimiento de los infantes y adolescentes y en el funcionamiento de su sistema inmunológico.

La evaluación del estado del zinc es complicada por la falta de indicadores de laboratorios específicos y sensibles (Hambidge, 1988). La medición de una respuesta fisiológica al suplemento de zinc es un enfoque útil, previsto como un estudio con un estricto diseño y una segura y efectiva  implementación (Hambidge, 1988). El efecto del suplemento de zinc en el crecimiento de infantes y adolescentes aparentemente sanos ha sido investigado en varios estudios muy controlados (Walravens and Hambidge, 1976; Walravens et al., 1983; Gibson et al., 1989; Walravens et al., 1989).

En orden a confirmar la presencia de un estado nutricional bajo de zinc en los pre-escolares ecuatorianos, como sugerencia de los resultados de la encuesta nacional de nutrición y salud, y para evaluar los efectos del suplemento de zinc en el crecimiento, fue implementado un ensayo terapéutico doble ciego, apareados, zinc- placebo.

SUJETOS Y MÉTODOS

Comunidades y Sujetos

El estudio tuvo  lugar en dos comunidades rurales pobres de la provincia de Cotopaxi, en los Andes ecuatorianos, a una altura de unos 3000 m; la población total era unas 2400 personas, en su mayoría Indígenas.

El estudio fue explicado a las autoridades de salud de la provincia, a los líderes del pueblo y a los padres. Posteriormente fue obtenido el consentimiento oral de los padres. Ya que no existía ningún sistema organizado de comité de ética disponible localmente, el protocolo fue presentado y aceptado por el comité de ética del Centro de Investigaciones de Nestlé, en Suiza.

Todos los niños de las 2 comunidades, cuyos padres estaban dispuestos a colaborar, y sus edades estaban entre 12 y 50 meses al comienzo del estudio, fueron seleccionados. Los criterios de exclusión incluyeron: serios deterioros en la salud, discapacidades, el rechazo a consumir el suplemento y la ubicación muy remota de la vivienda; esto excluyó a 9 de 145 niños. En la medida de lo posible los niños fueron emparejados por sexo, edad (diferencia máxima de 1 mes por la edad de 12 a 23 meses, y de 3 meses en edades de 24 a 50 meses) y por la altura (diferencia máxima de 3 cm para todas las edades, en su mayoría fue menor de 2 cm).





Suplemento

El suplemento consistió en 10 mg de zinc, como el sulfato d zinc, en 5 ml. de jarabe. De igual manera 5 ml. del mismo jarabe sin el zinc sirvió como placebo. El suplemento fue administrado a los niños por promotoras de salud capacitadas, 6 días a la semana durante 15 meses.

Para evitar que se mezclaran los productos 6 de los 7 promotoras de salud distribuían solo 1 tipo de los 2 productos (suplemento o placebo) a los niños asignados a ellos por el director de campo; el séptimo trabajador distribuía ambos tipos de producto. Ni el personal de campo, ni la familia de los participantes sabían de la composición del jarabe. El código solo lo sabía el líder del proyecto en Suiza y la técnica jefe del laboratorio analítico de alimentos de Latinreco en Quito, quien realizaba el análisis del zinc en muestras al azar regularmente escogidas en el campo para verificar la correcta distribución. El protocolo inicial distribuyó al azar el suplemento de zinc dentro de cada par, esto fue levemente modificado al comienzo del estudio invirtiendo algunas tareas del tratamiento dentro de los pares para reducir las largas distancias de caminatas impuestas a los trabajadores.

Antropometría

La longitud (en los menores de 24 meses) o la altura (en los mayores de 24 meses) y el peso fueron medidos por la misma persona, cada mes, en los 2 centros de salud locales. Las medidas mensuales de por lo menos el 10% de los niños era tomadas por 1 de los 3 médicos (el director de campo). La longitud o la altura se midieron con un infantómetro hecho localmente y calibrado en mm. El peso fue tomado con una precisión de 100 gr. en una balanza Salter, con los niños con ropas ligeras y sin zapatos.

El aumento de la longitud o altura (Ht) y el peso (Wt) desde el inicio hasta los siguientes meses fueron calculados con el programa BMPD (Dixon et al., 1990); altura-por-edad, peso-por-edad, peso-por-altura y puntajes Z (HAZ, WAZ; WHZ, respectivamente) se calcularon con el programa de EPI-INFO (Dean et al., 1990).

Análisis del Zinc Sérico

La muestra de sangre fue tomada en ayunas,  por una punción venosa al comienzo del estudio, a los 6 y 12 meses del estudio. La sangre fue dejada que coagule a temperatura ambiente (12-15°C) por una hora antes de la separación. El suero se mantuvo a -80°C y después fue enviado en hielo seco al Centro de Investigaciones de Nestlé  en Suiza para analizarlo. Se tomó mucho cuidado para evitar la contaminación del zinc durante todas las fases.

El zinc sérico  fue analizado por espectrometría de absorción atómica (Varian SpectrAA 20, Varian Techtron Pty, Mulgrave, Victoria, Australia) después una desproteinización del ácido tricloroacético (modificación del el método de Giroux, 1975). La precisión fue monitoreada a lo largo del estudio por un análisis regular del suero y un pool de suero bovino NIST QC SRM1598 suero bovino estándar (Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, Gaithersburg, MD, USA)



Otras Mediciones

Se desarrollaron otras mediciones durante el estudio; que necesitaron  una evaluación más exhaustiva y no se reportan aquí. Incluyeron una encuesta dietética al comienzo  del estudio, a los 6  y 12 meses, una evaluación de la función inmune entre los 12 y 15 meses, y un número de análisis biológicos al comienzo  del estudio, a los 6 y 12 meses (hemoglobina, hematocrito, albumina, pre-albumina, CPR, a1-ácido glicoproteínico, hierro, TIBC, ferritina, vitamina A y E).

La morbilidad se observó a diario por las trabajadoras de campo y los casos eran inmediatamente reportados al equipo médico para su diagnóstico, evaluación y tratamiento, si era necesario.

A cualquier niño que se le encontrara anemia al comienzo del estudio, al 6 o al 12 mes de control se le daba un tratamiento de hierro por un mes (2 mgFe/kg/día).

Muestras de la comida local fueron recogidas para un análisis de la composición, incluso el zinc.

Análisis Estadístico

Los niños que perdían dos medidas antropométricas dos mensuales eran eliminados de los cálculos. Una sola pérdida de las medidas mensuales era remplazada por interpolación. Los niños con un fracaso acumulado de tomar el suplemento o el placebo por más de dos meses durante los 15 meses del estudio eran también eliminados de los cálculos.

Se analizaron los datos con la prueba t emparejada (2-tailed), análisis de varianza (ANOVA) con medidas repetidas y análisis de varianza y covarianza (ANCOVA) usados para examinar diferencias entre los grupos.

El Chi-cuadrado se utilizó para analizar los porcentajes de los valores bajos del zinc sérico. Todos los análisis se desarrollaron con subrutinas del paquete estadístico BMDP (Dixon et al., 1990).

RESULTADOS

Los resultados discutidos aquí se refieren exclusivamente a los 48 pares de niños que completaron los datos antropométricos durante los 15 meses del el estudio e incluye 19 pares de niñas y 29 pares de niños.

La tabla 1 presenta los rangos de edad, las medidas antropométricas y los niveles del zinc sérico al comienzo del estudio. Para cada sexo, el número de pares  de cada rango de edad de 12-23 meses, 24-35 meses y 36-50 meses fueron uniformemente distribuidos. La única diferencia estadística significante  fue entre los grupos del suplemento y el placebo por el HAZ de los niños, con un valor ligeramente menor al grupo del placebo. Las medidas HAZ de los diferentes grupos varían entre -2.71 y -3.03, un poco bajo a los valores promedios encontrados en la Encuesta Nacional (Freire et al., 1988) para la zona rural de la Sierra. Al inicio del estudio, el 18% de los niños y el 34% de las niñas tenían el nivel del zinc sérico menor a 65u/dL.

Debido a la controlada distribución diaria del jarabe, el consumo del suplemento fue muy alto; la mayoría de los niños consumían entre el 95% y el 100% de la dosis total.

El análisis de la varianza y covarianza, con el tratamiento del zinc y el sexo como variable de agrupación y la edad como covarianza, de los cambios de Ht, Wt, HAZ, WAZ y WHZ a partir del mes 0 al mes 15, mostró estadísticamente un marcado y  significante efecto del tratamiento  para Ht (p=0.0006) y HAZ (p=0.0094); no fue detectado ningún efecto en el sexo y el efecto de la edad esperada se observa para Ht y Wt. Sin embargo la no significancia de los efectos del tratamiento observado en el ANCOVA para Wt, WAZ y WHZ,  y la existencia de una significante interacción en el sexo/tratamiento indica que el suplemento de zinc actúa diferente en chicos y chicas por estas variables.



El incremento mensual de altura (significa ± SEM, en cm) por sexos y edades combinadas se presenta en la figura 1, que muestra un incremento lento y estable de la altura en el grupo de los suplementos en comparación  con el grupo de los placebos. Los análisis estadísticos de las diferencias entre los grupos cada mes con las pruebas t de pares demuestra la significancia estadística a los 3 meses (p<0.05), con un significante incremento desde los 6 meses en adelante (p<0.01 o menos). La ANOVA con las mediciones repetidas indican una significante diferencia entre los grupos (tal como se evaluó con el tiempo/interacción del tratamiento) comenzando a los 6 meses (p=0.004) y convirtiéndose más significante después (p<0.001).


El puntaje HAZ mensual cambió desde el comienzo,  los valores de referencia se dan en la Figura 2, combinando sexos y edades. Las diferencias entre los 2 grupos se volvieron estadísticamente significantes (p<0.05 o menos) comenzando a los 6 meses, cuando se analizaron con la prueba t de pares, y comenzaron a los 8 meses, cuando analizaron con ANOVA con las mediciones repetidas.

Los datos fueron también analizados separadamente para niños y niñas y los cambios importantes de las variables antropométricas  entre el mes 0 y el mes 15 se dan en la Tabla 2 para ambos sexos. Los niños que recibían el zinc crecieron, en promedio,  alrededor de 1 cm más que aquellos que recibían el placebo (p=0.001), mientras que las niñas que recibían el zinc crecieron solo 0.6 cm más que las niñas que recibían el placebo; la diferencia no marcó una significación estadística (p=0.070). La diferencia del HAZ para los grupos del suplemento y del placebo alcanzó significancia para ambos sexos.

El efecto del suplemento del zinc en los cambios de peso va en dirección opuesta para los niños comparado con las niñas, sin alcanzar significancia estadística; el mismo patrón es observado en WAZ; aquí, sin embargo, el incremento de WAZ es significativamente más grande  en las niñas que reciben el zinc, en comparación con el placebo. En los niños, el mayor incremento de altura y menor aumento de peso en el grupo suplementado comparado con el grupo del placebo deja un mayor cambio  de WHZ en el grupo del placebo.


El cambio del promedio del zinc sérico del mes 0 al mes 12 para el grupo suplementado y el grupo del placebo está dado en la figura 3. Un análisis de varianza y covarianza demuestra estadísticamente un alto efecto significativo del tratamiento  (p=0.0001) y ningún efecto al comienzo por edad o sexo. El cambio del zinc sérico a los 12 meses muestra una asociación negativa altamente significativa con el inicial zinc sérico (<0.0001), con una pendiente más prominente para el grupo suplementado. A los 12 meses, el 4% de los niños y el 10% de las niñas tenían los niveles del zinc sérico  por debajo de los 65ug/dL. (la misma proporción para ambos grupos del suplemento y el placebo, para ambos sexos).

DISCUSIÓN

El resultado del estudio del doble-ciego, emparejado, placebo-control demuestra que los niños que recibieron el suplemento de 10 mg de zinc, seis días a la semana, durante 15 meses, ganaron significativamente más altura y HAZ que los niños que recibían el placebo. El análisis de la altura y HAZ cambió a los 15 meses, usando ANOVA, no señalando  un efecto por sexo en la línea del crecimiento, no había interacción entre el suplemento y el sexo, así que indicaba un efecto similar para ambos, niñas y niños. Cuando se analiza los sexos por separado, sin embargo, este estudio demuestra una diferencia cuantitativa en el sexo; cuando se comparó al placebo, los niños con el suplemento crecieron más (1.0 cm p=0.001) que las niñas con el suplemento (0.6 cm, p=0.070). Los cambios en HAZ, sin embargo, son de la misma magnitud para ambos sexos y son estadísticamente significantes. Estudios previos han mostrado que parece que los niños se benefician más que las niñas con el suplemento de zinc (Walravens and Hambidge, 1976; Walravens et al., 1989). Las estimaciones de los requerimientos de zinc para el crecimiento de los infantes dio un valor mayor a los niños que a las niñas, lo que podría explicar parte de las diferencias de sexo observadas (Krebs y Hambidge, 1986).

La divergencia del suplemento y del placebo en las curvas de tiempo para Ht (Figura 1) y HAZ (Figura 2) se desarrolla de manera constante y regular. No parece que el potencial del suplemento de zinc se haya agotado después de 15 meses y es posible que un periodo de intervención más largo pueda corregir la deficiencia de estatura, hasta el punto donde otras deficiencia, particularmente energéticas, podrían limitar aún más.


El análisis del peso y WAZ cambió a lo largo de los 15 meses, usando ANOVA, no muestra cambio con el tratamiento y escasa influencia en el sexo; existe una interacción del tratamiento y el sexo sin embargo, señalando un diferente efecto del tratamiento en los niños comparado con las niñas. Las diferencias en el aumento de peso no muestran ninguna significancia estadística para uno u otro sexo; una diferencia estadística significante es sin embargo observada en el WAZ de las niñas, con ventaja del grupo suplementado. Dicho efecto del suplemento de zinc  ha sido demostrado antes  por los niños (Walravens et al., 1989), pero no en las niñas. El cambio del WHZ a lo largo de los 15 meses es significativamente mayor para los niños del grupo del placebo, indicado que el peso ganado no ha seguido el aumento de altura. Esto necesita más investigaciones.

Finalmente, el suplemento de zinc produce un claro aumento en los niveles de zinc sérico, independientemente de la edad y el sexo al comienzo del estudio. Los niños con los niveles bajos iniciales de zinc sérico mostraron un aumento mayor del suplemento.

Este estudio confirmó el severo retardo de crecimiento lineal observado en la Encuesta Nacional; el valor de HAZ es incluso menor a los valores medios nacionales en la Sierra rural (Freire et al., 1988). El tiempo de evolución de HAZ para ambos sexos, como se muestra en la Figura 2, muestra una positiva alza en la tendencia  para los grupos del placebo como  durante los 15 meses del estudio. Esto contrasta con la disminución del HAZ con la edad, observado durante la Encuesta Nacional. Sin embargo una comparación directa es difícil debido a las distintas naturalezas de los datos (estudio longitudinal en contra de transversal), nuestros resultados pueden indicar un efecto de la intervención general sobre las comunidades, que representa el efecto acumulado del contacto a diario con las promotoras de salud, la atención médica, los cursos de higiene, la crianza de los niños y la nutrición dada a las madres durante el estudio.

En conclusión,  estos resultados preliminares confirman la presencia de la deficiencia y la limitación de zinc entre los niños ecuatorianos de las zonas rurales, lo que fue sugerido por los resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud. Es probable que esta deficiencia también se presente en la región rural de la Costa y en áreas urbanas, con prevalencias un poco más bajas.

El zinc ciertamente es solo uno de los factores de la dieta que conducen a la detención de crecimiento observado en estas comunidades. El consumo de alimentos energéticos se encuentra en niveles bajos según la Encuesta Nacional. El análisis de los datos alimentarios recogidos durante este estudio debería traer alguna información valiosa y debería ayudar a determinar si el suplemento de zinc está asociado con un aumento en el consumo de alimentos.

RECONOCIMIENTOS

Quisiéramos agradecer profundamente a los niños y a sus padres, quienes participaron en el estudio, a las promotoras de salud por su dedicación y su excelente trabajo durante todo el proyecto. Al apoyo científico y técnico de Christian Wahli y de Michael Koziol, PhD, por la logística, a Sandra Fonseca y a Dilia Tobar por el trabajo de laboratorio en Ecuador, a Robert Mansourian por los análisis del zinc, a Rafael Muñoz Box por el asesoramiento estadístico y a Catherin Isom por la preparación del manuscrito.

REFERENCIAS

Dean A.D., Dean J.A., Burton J. H., and Dicker R. C., 1990, Epi Info, Version 5: a word processing, data-base and stadistics program for epidemiology on microcomputers, Centers for Disease Control, Atlanta.

Dixon W.J., Brown M.B., Engelman L., and Jennrich R. I., 1990, BMPD  statiscal software, University of California Press, Berkeley.

Freire W., Dirren H., Mora J. O., et al, 1988, Diagnóstico de la Situación nutricional y de salud de la población ecuatoriana menor de cinco años (DANS), Consejo Nacional de Desarrollo, Quito.

Gibson R. S., Smit Vanderkooy P. D., McDonald A. C., et al  1989, A growth-limiting, mild zinc-deficiency syndrome in some southern Ontario boys with low height percentiles, Am. J. Clin. Nutr. 49:1266.

Giroux E. L., 1975, Determination of zinc distribution between albumin and X2 macroglobulin in human serum, Biochem. Med. 12:258.

Hambidge K.M., 1988, Assessing the trace element status of man, Proc. Nutr. Soc. 47:37.

Krebs N. F., and Hambidge K. M., 1986, Zinc requirements and zinc intakes of breast-fed infants, Am. J. Clin. Nutr.  43:288.

Walrevens P. A., and Hambidge K. M., 1976, Growth of infants fed a zinc supplemented formula, Am. J. Clin. Nutr.  29:1114.

Walrevens P. A., Krebs N. F., and Hambidge K. M., 1983, Linear growth of low income preschool children receiving a zinc  supplemented, Am. J. Clin. Nutr. 38:195.

Walrevens P. A., Hambidge K. M., and Koepfer D. M.,  1989, Zinc  supplementation in infants with a nutritional pattern of failure to thrive: a double-blind, controlled study , Pediatrics. 83:532.

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